jueves, 24 de julio de 2014

Que un ruiseñor contacto

¡Qué risueño contacto el de tus ojos,

ligeros como palomas asustadas a la orilla

del agua!

!Qué rápido contacto el de tus ojos

con mi mirada!


¿Quién eres tú? !Qué importa!

A pesar de ti misma,

hay en tus ojos una breve palabra

enigmática.


No quiero saberla. Me gustas

mirándome de lado, escondida, asustada.

Así puedo pensar que huyes de algo,

de mí o de ti, de nada,

de esas tentaciones que dicen que persiguen

a la mujer casada.

Jaime Sabines 


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