Amor antiguo, cuya sombra empaña
Mi cariñosa
propensión de ahora,
Eres como
una sombra de montaña
Sobre el
encendimiento de la aurora.
Amor
antiguo, cuya pesadumbre
Traba la
agilidad de mi alegría,
Eres la
tiranía de la cumbre
Contra la
libertad del mediodía.
Amor
antiguo, cuya voz sofoca
La nueva
vocecita del cariño,
Eres palabra
de proyecta boca
En una boca
inédita de niño.
Amor
antiguo, cuyo sentimiento
Hace caber
el mundo en nuestro llanto,
Eres el alma
convertida en viento
Y eres el
viento convertido en canto.
Amor
antiguo, cuya remembranza
Cada amorosa
perspectiva cierra,
Eres esa
emoción que sólo alcanza
Quien se
acuerda del mar desde la tierra.
Francisco
Luis Bernárdez
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